El Yahvé de los Evangelios Gnósticos 😨 Un Dios que NO Debía Reinar

El Yahvé de los Evangelios Gnósticos 😨 Un Dios que NO Debía Reinar

Breve Resumen

El video explora la perspectiva gnóstica sobre Yahvé, contrastándolo con la visión tradicional. Argumenta que Yahvé no es el Dios supremo, sino una entidad menor que se proclamó soberana por error. Se examina el papel de Sofía, no como la causante del error, sino como una estratega que sembró la chispa divina en la humanidad. También analiza la figura de Jesús desde una óptica gnóstica, como un mensajero que busca despertar a la humanidad de la ilusión de Yahvé. Finalmente, se describe la caída de Yahvé como un proceso interno que ocurre cuando las almas despiertan y recuerdan su verdadero origen.

  • Yahvé es presentado como un impostor cósmico, no el verdadero creador.
  • Sofía es vista como una figura clave en la rebelión contra Yahvé, sembrando la chispa divina en la humanidad.
  • Jesús es interpretado como un mensajero que busca liberar a la humanidad de la obediencia a Yahvé.
  • La caída de Yahvé ocurrirá cuando suficientes almas despierten y recuerden su origen.

Introducción: El Impostor Cósmico [0:01]

Durante siglos, Yahvé ha sido adorado como el Dios de Israel y creador de todo, pero los evangelios gnósticos sugieren que podría ser un impostor cósmico. En lugar de salvación, estos textos hablan de engaño, revelando que Yahvé no es el Dios supremo, sino una entidad menor nacida del desequilibrio y sedienta de adoración. Se proclamó soberano de un reino que no le pertenecía, manteniendo a la humanidad en una prisión de fe.

La Verdad Gnóstica sobre Yahvé [2:01]

Los evangelios gnósticos no consideran a Yahvé como el principio divino, sino como una anomalía cósmica. Textos como la "Hipóstasis de los Arcontes" y el "Apócrifo de Juan" lo nombran Yaldabaot, Saklas o Samael, revelando su ignorancia y arrogancia. Yahvé no fue creado por el Dios supremo, sino que surgió de un desequilibrio en las regiones inferiores del pleroma. Al proclamarse el único Dios, demostró su ignorancia del reino superior. Los gnósticos lo ven no como malvado, sino como peligroso debido a su ignorancia, atrapado en su propia prisión dimensional. Su poder reside en la oscuridad que proyecta sobre sus seguidores, donde comienza su reinado ilegítimo.

La Coronación por Confusión [4:25]

La coronación de Yahvé no fue una ceremonia celestial, sino un acto de confusión y error. En un mundo físico recién formado, Yahvé creyó haber sido elegido para gobernar, pero nadie lo eligió; simplemente no había nadie más para contradecirlo. Su reinado comenzó por la ausencia de resistencia, y las almas atrapadas en cuerpos densos vieron en él poder, sin saber que era una jaula. La humanidad, nacida del error de Sofía pero con la chispa divina, se arrodilló ante un ser que se alimentaba de obediencia. Yahvé fue coronado por el miedo que nace en la fragilidad del mundo físico, un dios que castiga y exige leyes para mantener su control, a diferencia del verdadero creador.

El Descenso Estratégico de Sofía [6:49]

Sofía, tradicionalmente vista como la responsable del caos por dar a luz a Yahvé sin permiso, podría haber actuado con conocimiento. Una teoría gnóstica sugiere que su descenso al caos fue un acto de compasión y sacrificio cósmico. Al crear a Yahvé, introdujo secretamente una chispa divina en la materia, escondiendo fragmentos de la luz verdadera en cuerpos humanos bajo la nariz del falso Dios. El alma se convirtió en un virus en el sistema de Yahvé, y Sofía se transformó en la madre de la rebelión sagrada. Su silencio fue estratégico, esperando el momento en que las chispas encendidas en el alma humana prendieran fuego al mundo artificial.

El Alma como Chispa Robada [9:13]

En los textos gnósticos, el alma humana no es una creación de Yahvé, sino una chispa robada que él intenta controlar. Según el "Apócrifo de Juan", entidades superiores implantaron el alma sin que Yahvé lo comprendiera. Aunque Yahvé moldeó el cuerpo, no pudo dominar la esencia del alma. Al ver el brillo del hombre, Yahvé lo temió y obsesionó con controlarlo a través de la ley, el castigo y la culpa, buscando encadenar el alma a un sistema donde él estuviera en el centro. La humanidad se convirtió en un botín en una guerra silenciosa entre el pleroma y los reinos oscuros, donde cada alma es una llama disputada.

Jesús: El Mensajero Encubierto [11:23]

A diferencia del cristianismo tradicional, los evangelios gnósticos presentan a Jesús no como el hijo del creador del mundo, sino como un mensajero que revela que la humanidad nunca debió obedecer a Yahvé. En el "Evangelio de Tomás", Jesús habla de despertar y romper con la ilusión, insinuando que su reino no es de este mundo, que pertenece a otro Dios. Jesús es un mensajero encubierto que desciende del pleroma para sembrar claves y parábolas que solo los despiertos pueden descifrar. Su misión es prender fuego en el alma contra el sistema y la obediencia ciega, mostrando que el alma humana es extranjera en la creación de Yahvé.

La Caída del Falso Dios [13:48]

Los gnósticos no solo describieron a Yahvé como un falso Dios, sino que también hablaron de su final. Textos como el "Evangelio de Judas" sugieren que su trono no es eterno y que su imperio de materia y control se derrumbará cuando la chispa divina en cada alma despierte. Yahvé no puede sostener su reino sin obediencia, y esta se fractura cuando el ser humano comienza a mirar hacia adentro. La caída será silenciosa e imparable, comenzando cuando uno se niega a seguir temiendo y busca conexión con lo eterno. Cuando suficientes almas despierten, el reino de Yahvé colapsará desde adentro. El conocimiento, una memoria activada, destruirá lo construido por el error, convirtiendo a Yahvé en una sombra sin sustancia.

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Date: 10/31/2025 Source: www.youtube.com
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