Breve Resumen
El video explora la relación entre la fe cristiana y la ciencia moderna, argumentando que no son enemigas, sino aliadas en la búsqueda del conocimiento de Dios. Se aborda la falsa dicotomía entre la Biblia y la ciencia, cómo esta afecta la percepción de la fe y el entendimiento de la creación.
- La ciencia y la teología tienen límites distintos y complementarios.
- Los conflictos aparentes entre ciencia y religión a menudo se resuelven con ajustes en la interpretación.
- Dios se revela a través de las Escrituras y de la creación, invitando a los creyentes a explorar ambos "libros de Dios".
Introducción: La Fe Cristiana y la Ciencia Moderna
El orador relata una conversación con un estudiante de psicología que no podía creer en Jesús debido a la ciencia, específicamente por los dinosaurios. El autor explica que esta creencia es una suposición trágica, ya que mucha gente cree que hay que elegir entre la Biblia y la ciencia. Esta falsa dicotomía impide que millones de personas se acerquen a Jesús y empobrece el deleite cristiano en las obras de Dios manifestadas en la creación e iluminadas por la ciencia. El argumento central es que la fe cristiana y la ciencia moderna no son enemigas, sino aliadas en el esfuerzo de conocer más a Dios.
Los Límites de la Ciencia y la Teología
El orador utiliza la analogía de un pescador con una red de 10 centímetros para ilustrar los límites entre la ciencia y la teología. Explica que algunos ateos argumentan que Dios no existe porque no se puede demostrar empíricamente su existencia. Sin embargo, el estudio empírico se limita al mundo material y a la causalidad natural, lo que lo hace inadecuado para comprobar o descartar la existencia de Dios, quien no es un ente natural. De manera similar, la teología es excelente para brindar los planes y los propósitos de Dios en la moralidad y los misterios de la fe, pero no pretende enseñar ciencia. Tanto teólogos como científicos deben reconocer los límites de sus disciplinas para comprender la realidad.
Conflictos y Ajustes entre Ciencia y Religión
El orador aborda qué sucede cuando la ciencia y la religión entran en conflicto directo, señalando que la historia ha demostrado que una disciplina eventualmente se ajustará para concordar con la otra. Utiliza el ejemplo del geocentrismo, la teoría de que el sol gira alrededor de la tierra, que fue problemática para el cristianismo debido a versículos bíblicos que parecían contradecir el heliocentrismo. Galileo fue condenado por la Inquisición por defender el heliocentrismo, pero con el tiempo se reconoció que los textos bíblicos que presuponían el geocentrismo reflejaban las suposiciones pre-científicas de su época y no pretendían enseñar astronomía.
Cosmología y los Dos Libros de Dios
El orador presenta el caso de la cosmología, donde la teoría del estado estacionario, que afirmaba que el universo no tiene comienzo, fue problemática para la doctrina cristiana de la creación. Sin embargo, el descubrimiento de la expansión del universo por Edwin Hubble y la teoría del Big Bang de George Lemaître se cuadraron muy bien con la doctrina cristiana de la creación. Los teólogos reformados hablan de los dos libros de Dios: la Biblia y la naturaleza, para comunicar que Dios se revela tanto por medio de las Escrituras como por medio de la creación. Romanos 1:20 afirma que las cualidades invisibles de Dios se perciben claramente a través de lo que él ha creado.
Conclusión: Leyendo los Dos Libros de Dios
El orador explica que la creación testifica de Dios a través de su mera operación natural, la cual se estudia por medio de la ciencia. Así como estudiamos la Biblia para entender más de Dios, también podemos escudriñar la creación para conocer más al Señor. Dado que los dos libros de Dios tienen un solo autor, no debemos temer que la creación contradiga la Biblia, porque Dios no se puede contradecir a sí mismo. Cualquier discrepancia que surja estaría entre las interpretaciones de los dos libros de Dios por parte de seres humanos limitados. El orador concluye diciendo que no hay que escoger entre la Biblia y la ciencia, sino que ambas pueden llevar a conocer a un Dios que se complace en revelarse a través de las redes científicas y las Escrituras.