Breve Resumen
El video analiza una encuesta de 2022 que revela que muchos cristianos evangélicos en Estados Unidos no se adhieren a las doctrinas teológicas ortodoxas. Se identifican tres factores principales que contribuyen a este fenómeno: el desconocimiento de las doctrinas básicas, la desinformación proveniente de plataformas digitales y la falta de educación doctrinal en las congregaciones. El video también destaca cinco creencias heréticas comunes entre los evangélicos y subraya la importancia del discipulado, la formación doctrinal y la predicación expositiva para abordar este problema.
- Desconocimiento doctrinal generalizado entre evangélicos.
- Influencia de la desinformación digital y falta de educación religiosa.
- Necesidad de fortalecer el discipulado y la predicación bíblica.
Introducción: La desviación de la ortodoxia evangélica [0:00]
Una encuesta de 2022 revela que los cristianos evangélicos están alejándose de las concepciones ortodoxas sobre Dios y las Escrituras. Más de la mitad de los encuestados han afirmado posiciones heréticas sobre Dios. El 53% de los adultos en Estados Unidos no consideran la Biblia como literalmente cierta, una tendencia que ha aumentado desde 2014. Los investigadores señalan que este rechazo a la autoridad bíblica permite a las personas aceptar selectivamente las enseñanzas que resuenan con sus puntos de vista subjetivos.
Convicciones centrales vs. Desviaciones de la ortodoxia [0:27]
Aunque la mayoría de los evangélicos creen en la perfección de Dios, la Trinidad y la resurrección de Jesucristo, un 26% afirma que la Biblia no es literalmente cierta, un aumento significativo desde 2020. Se identifican tres factores que influyen en esta desestimación de la infalibilidad de las Escrituras: el desconocimiento de las doctrinas básicas, la desinformación de fuentes no bíblicas y la falta de preocupación de las congregaciones por educar a sus miembros en sus credos de fe. Además, hay una tendencia a considerar las creencias religiosas como una opinión personal en lugar de una verdad objetiva.
Creencia herética #1: Jesús no es el único camino al Padre [4:07]
El 56% de los encuestados cree que Dios acepta la adoración de personas de todas las religiones, incluyendo el judaísmo y el islam, lo que sugiere una tendencia universalista que contradice la afirmación bíblica de Jesús como el único camino al Padre (Juan 14:6).
Creencia herética #2: Jesús fue creado por Dios [5:00]
El 73% de los encuestados afirma que Jesús es el primer y más grande ser creado por Dios, una forma de arrianismo, herejía del siglo III que niega la divinidad de Jesús. El Concilio de Nicea en el año 325 denunció esta creencia, afirmando que Jesús no fue hecho, sino eternamente engendrado y uno en su ser con el Padre.
Creencia herética #3: Jesús no es Dios [5:56]
El 43% de los evangélicos afirma que Jesús fue un gran maestro espiritual, pero no era Dios, lo que niega la divinidad de Cristo y su unidad con Dios Padre en la Trinidad. Esta visión deficiente de Cristo puede deberse a la falta de formación cristológica en sus contextos religiosos.
Creencia herética #4: El Espíritu Santo no es una persona [7:11]
El 60% de los evangélicos entrevistados cree que el Espíritu Santo es una fuerza en lugar de una persona. Aunque la Biblia describe al Espíritu Santo con metáforas impersonales, las Escrituras afirman que el Espíritu es completamente Dios, al igual que Jesús y el Padre.
Creencia herética #5: Los humanos no somos pecadores por naturaleza [8:08]
El 57% de los encuestados está de acuerdo en que todas las personas pecan, pero la mayoría son buenas por naturaleza, lo que niega la naturaleza pecaminosa inherente al ser humano. Esta idea puede deberse a la falta de comprensión de la depravación humana y a la influencia de discursos motivacionales que enfatizan el potencial humano. Esta creencia se asemeja al pelagianismo, una herejía del siglo IV que niega la doctrina del pecado original.
Implicaciones y soluciones [9:52]
Estas creencias heréticas son problemáticas porque se replican a las siguientes generaciones, lo que puede conducir a una laxitud moral y un declive espiritual. Para abordar este problema, es fundamental fortalecer el discipulado, la formación doctrinal y la predicación expositiva en las iglesias. Se propone educar a los miembros de las congregaciones en la palabra de Dios, adherirse a confesiones de fe bíblicas y evaluar las creencias de los feligreses.