Breve Resumen
El video explora la leyenda de Gilgamesh, un rey sumerio en busca de la inmortalidad. Se narran sus orígenes divinos, su reinado en Uruk, su obsesión por vencer a la muerte, y su encuentro con Enkidu, un hombre salvaje enviado por los dioses. Juntos, emprenden un peligroso viaje a la morada de los dioses, enfrentándose a monstruos y desafíos, hasta que Gilgamesh rechaza a la diosa Ishtar, desencadenando una serie de eventos que cambiarán su destino.
- Gilgamesh, rey de Uruk, busca la inmortalidad debido a su linaje divino y humano.
- Enkidu, creado por los dioses, se convierte en su amigo y compañero de aventuras.
- Juntos enfrentan a Humbaba, un monstruo guardián, y desafían a los dioses.
- El rechazo de Gilgamesh a la diosa Ishtar provoca la ira divina y desata el Toro del Cielo.
Gilgamesh: El Rey Semidiós [0:02]
En la antigua Sumeria, la inmortalidad era un privilegio exclusivo de los dioses, pero Gilgamesh, rey de Uruk hace 5000 años, desafió esta concepción. Gilgamesh, también conocido como Isbar, era hijo de un dios y una diosa, considerándose dos tercios divino y un tercio humano. A medida que envejecía, se obsesionó con la mortalidad, cuestionando si su parte divina lo haría inmune al envejecimiento.
La Búsqueda de la Inmortalidad y el Objeto Desconocido [1:35]
Gilgamesh buscó respuestas del dios Shamash, quien evadía sus preguntas y le aconsejaba disfrutar la vida. Un día, un objeto desconocido, descrito como una creación del dios Anu, cayó en Uruk. Este objeto, posiblemente una nave, fue interpretado por la madre de Gilgamesh como la llegada de un amigo poderoso.
Enkidu: El Hombre Salvaje [4:06]
El pueblo de Uruk estaba descontento con el gobierno de Gilgamesh, lo que llevó a los dioses Anunnaki a crear a Enkidu, un hombre salvaje, para desafiar al rey. Enkidu fue domesticado por una prostituta y luego instruido en las costumbres de Uruk. Enkidu desafió a Gilgamesh en combate, pero después de una intensa lucha, se hicieron amigos inseparables.
El Viaje a la Montaña de los Cedros [6:28]
Gilgamesh compartió su deseo de inmortalidad con Enkidu, quien conocía el camino a la residencia secreta de los dioses, custodiada por el monstruo Humbaba. A pesar del peligro, Gilgamesh decidió emprender el viaje. Los nobles de Uruk intentaron disuadirlo, pero Gilgamesh estaba decidido. Durante el viaje, presenciaron el despegue de un cohete, confirmando que habían llegado al "lugar de los aterrizajes" de los dioses.
El Monstruo Humbaba y la Ira de Ishtar [10:10]
Gilgamesh y Enkidu encontraron la entrada a la estancia subterránea, pero una fuerza invisible paralizó a Enkidu. Al entrar, se enfrentaron a Humbaba, un monstruo con armas avanzadas. Con la ayuda del dios Shamash, Gilgamesh derrotó a Humbaba. Después de la victoria, la diosa Ishtar se sintió atraída por Gilgamesh, pero él rechazó su proposición, lo que provocó su ira.
El Toro del Cielo [12:30]
Ishtar, enfurecida, pidió al dios Anu que enviara el Toro del Cielo para atacar a Gilgamesh. El Toro del Cielo, descrito como un artefacto volador con taladros, persiguió a Gilgamesh y Enkidu hasta Uruk, creando grietas en la tierra. La venganza de Ishtar parecía inminente.