Resumen Breve
El video explora un mensaje de aliento y motivación basado en la experiencia del apóstol Pablo en una ciudad llena de pecado. El orador insta a la iglesia a levantarse, hablar y no callar ante la adversidad, confiando en la presencia y el poder de Dios. Los puntos clave incluyen superar el miedo, proclamar la palabra de Dios y confiar en que Dios está con nosotros y tiene un pueblo en cada lugar.
- Superar el miedo que paraliza.
- Proclamar la palabra de Dios para derribar poderes satánicos.
- Confiar en la presencia y el poder de Dios en medio de la adversidad.
- Movilizar a la iglesia a través de misiones de corto plazo.
El Contexto de Éfeso
Éfeso era una ciudad importante, sede de juegos atléticos y con un gran teatro para 20,000 personas. La ciudad estaba llena de templos y altares, algunos de los cuales practicaban la prostitución sagrada, como el templo de la diosa Afrodita. La parte sur del mercado estaba llena de tabernas para marineros. En este contexto, la iglesia enfrentaba muchas dificultades.
El Desánimo de Pablo y la Visión de Dios
El apóstol Pablo se sintió desanimado al ver tanto pecado y oposición satánica en Éfeso. Dios se le apareció en un sueño y le dijo: "No temas, sino habla y no calles, porque yo estoy contigo, y nadie pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad". Estas palabras motivaron a Pablo a iniciar un ministerio exitoso en la ciudad.
La Iglesia en la Sociedad Actual
La sociedad actual es más difícil y confusa que en la época de Pablo, siendo blanco de armas sutiles de Satanás que buscan dar culto a los sentidos y rienda suelta a las pasiones. Ante el terrorismo, resentimientos, violencia, desintegración familiar, materialismo y agnosticismo, la iglesia a veces se siente adormecida y en una rutina miserable. Sin embargo, Dios nos dice que nos levantemos, hablemos y no callemos, porque Él está con nosotros.
No Temas
El miedo paraliza al ser humano e impide hacer grandes cosas para Dios. Moisés, los diez espías y el rey Saúl sintieron temor. Pedro negó a Jesús por miedo. Pero Dios no nos ha dado un espíritu de miedo, sino de poder, amor y dominio propio. La iglesia debe levantarse y emprender las empresas que Dios manda, sin temor a las consecuencias.
Habla y No Cales
Debemos hablar la palabra de Dios, porque cuando hablamos, el Espíritu Santo se mueve. El orador agradece al Centro Cristiano Internacional por su periódico "La Razón", que comparte mensajes cristianos. Cuando hablamos, los poderes satánicos son derribados y el Espíritu de Dios convence al pecador de pecado, juicio y justicia. Lo que atamos con nuestra boca es atado en el cielo. Hacer misiones significa ir y hablar. La palabra de Dios tiene un poder intrínseco que penetra hasta lo más profundo del alma.
Yo Estoy Contigo
Dios está con nosotros en la cárcel y en cualquier lugar donde estemos. Con Dios haremos proezas. Si Dios está con nosotros, Él actuará y hará cosas maravillosas. No nos dejará huérfanos, sino que sentiremos su presencia.
Yo Tengo Mucho Pueblo en Esta Ciudad
Dios tiene mucho pueblo en cada lugar, incluso en los más difíciles. La iglesia de Dios invisible es real. No importa cuán sombrío sea el lugar o la situación, la iglesia nunca debe dudar de que el Señor tiene a su pueblo allí. Elías pensó que estaba solo, pero no lo estaba. Pablo, al despertar y darse cuenta de la visión de Dios, se levantó y durante 18 meses levantó una iglesia en Éfeso, redimiendo a un pueblo de pescadores y paganos en un pueblo santo y poderoso.
Llamado a la Acción
El mensaje de esta noche es "Habla y no calles". Se desafía a los pastores a iniciar programas de misiones de corto plazo y a movilizar a sus iglesias. Las misiones de corto plazo no tienen distingo de edad ni de situación académica o social.
El Poder de la Palabra
El orador comparte el testimonio de Don Pedro Oliva, un zapatero que fue transformado por las palabras sencillas de un misionero. El misionero le dijo: "¿No aprende usted de las aves del cielo, que no siembran ni siegan, y vuestro Padre celestial las alimenta? ¿No somos nosotros mucho más que las aves?". Don Pedro se convirtió, dejó el aguardiente, las pistolas y a la mujer con la que vivía, y se casó con ella seis años después. Este es el poder de la palabra de Dios. No se necesita un doctorado para compartir el mensaje de Dios, solo tener a Cristo.