Resumen Breve
El video explora la interpretación de textos antiguos y bíblicos a través de la obra de Jane Eric Signal, "Todo comenzó en Babilonia", examinando la figura de Yahvé y los Elohim en relación con los Anunnaki. Se discute la posibilidad de que Yahvé no sea el Dios supremo creador, sino una deidad secundaria dentro de una jerarquía divina más amplia. Además, se analiza la creación del ser humano desde perspectivas pluralistas y la existencia de múltiples creaciones en el Génesis, así como la mención de otros dioses en la Biblia y los "hijos de Dios" que se unieron a las hijas de los hombres.
- Yahvé como un comandante Anunnaki y no el Dios supremo.
- Los Elohim como dioses creadores plurales.
- Interpretaciones alternativas del Génesis sobre la creación humana.
Introducción: Jane Eric Signal y los Anunnaki [0:20]
Jane Eric Signal, en su libro "Todo comenzó en Babilonia", examina las conexiones entre los Elohim y los Anunnaki, sugiriendo que las deidades antiguas adoradas bajo diferentes nombres en diversas regiones eran comandadas por una deidad clave en Israel, identificada como Yahvé (Jehová). Signal argumenta que la humanidad ha sido programada para adorar a estas entidades como si fueran el Dios Todopoderoso, suplantando a la verdadera energía creadora. Yahvé, cuyo nombre se escribe solo con consonantes en hebreo, recibe la mayor energía de adoración en el planeta.
Yahvé y su Consorte: Una Perspectiva Antigua [1:18]
Textos antiguos revelan que la religión hebrea arcaica conocía a un Dios supremo llamado Helion, padre de Yahvé, quien tenía una consorte llamada Asera. Asera, cuyo símbolo es un árbol o poste de madera, es mencionada unas 40 veces en el Antiguo Testamento, aunque su nombre a menudo se traduce como "bosque" o "árbol". Esto sugiere que Yahvé no es el creador principal, sino una deidad secundaria dentro de una jerarquía divina liderada por Helion.
Paralelos Sumerios: El Enuma Elish y la Caída de los Anunnaki [3:09]
Se establece un paralelismo con la historia sumeria de la creación, el Enuma Elish, que describe a una pareja de creadores primordiales, Apsu y Tiamat, de quienes surgieron los Anunnaki. Estos últimos se separaron de los creadores principales y, simbólicamente, "mataron" a Apsu y Tiamat, representando una caída desde la luz divina hacia la oscuridad. Marduk, quien "asesinó" a Tiamat, se convirtió en el señor de la Tierra, y los Anunnaki, bajo su gobierno, crearon a los seres humanos mediante manipulación genética.
Los Elohim y la Creación Pluralista [4:27]
La palabra hebrea "Elohim", traducida como "Dios" en la Biblia, es en realidad un plural que significa "dioses". Fuentes cabalísticas sugieren que la traducción correcta de Génesis 1:1 es "el primero creó a los dioses junto con los cielos y con la tierra", refiriéndose a un creador primordial que creó primero a los dioses y a los mundos cósmicos. Génesis 2 identifica a Yahvé como uno de los Elohim, lo que implica que no es el único creador.
Las Dos Creaciones del Ser Humano [6:16]
El Génesis presenta dos relatos de la creación del ser humano: en Génesis 1, los Elohim crean a los humanos a su imagen y semejanza, mientras que en Génesis 2, Yahvé Elohim crea a Adán y Eva y les prohíbe comer del árbol del conocimiento. La existencia de dos creaciones explicaría la presencia de otros humanos fuera del Edén en Génesis 4, cuando Caín mata a Abel y luego toma una esposa.
Dioses en la Biblia: Contextos y Menciones [7:43]
La Biblia menciona a otros dioses en varios pasajes, sugiriendo que, aunque se debe adorar a un solo Dios, existen otras deidades. Ejemplos incluyen Éxodo 15:11 ("¿Quién como tú, oh Señor, entre los dioses?") y Éxodo 20:3 ("No tendrás dioses ajenos delante de mí"). Estos versículos implican el reconocimiento de la existencia de otros dioses, aunque se prohíbe su adoración.
Los Hijos de Dios y los Gigantes [8:41]
Génesis 6:2-4 menciona a los "hijos de Dios" (en hebreo, "hijos de los dioses") que se unieron a las hijas de los hombres, engendrando gigantes. Estos "hijos de Dios" no eran seres humanos, sino semidioses, y los gigantes que nacieron de ellos eran híbridos, un cuarto dioses. Este pasaje sugiere la existencia de seres divinos que interactuaron con los humanos y produjeron descendencia híbrida.
