Resumen Breve
Jürgen Schmidhuber comparte su trayectoria y visión sobre la inteligencia artificial (IA), desde sus inicios en los años 70 hasta las implicaciones futuras para la humanidad y el universo. Destaca la evolución de la IA, su impacto en diversos campos como la medicina y la sostenibilidad, y reflexiona sobre los desafíos éticos y el futuro del empleo. Subraya la importancia del metaaprendizaje y la necesidad de abordar los sesgos en los datos de entrenamiento de la IA.
- La IA ha avanzado exponencialmente gracias al aumento de la capacidad informática.
- La IA tiene el potencial de resolver problemas globales como el cambio climático y mejorar la salud humana.
- Es crucial abordar los sesgos en los datos de entrenamiento para evitar resultados discriminatorios.
Intro: El sueño de un científico artificial
Jürgen Schmidhuber relata su aspiración desde los años 70 de crear un científico artificial más inteligente que él, capaz de resolver los misterios del universo. A pesar del escepticismo inicial de su madre y compañeros, persistió en su objetivo. En los años 90, publicó artículos sobre redes neuronales artificiales, precursoras de la IA actual, pero sin generar interés. Sin embargo, los mismos algoritmos de entonces impulsan hoy tecnologías como el reconocimiento de voz en los móviles. El avance se debe a que la informática se ha vuelto mucho más barata, permitiendo programar un millón de veces más por el mismo precio.
El presente y futuro de la IA
Schmidhuber destaca el impacto actual de la IA, ejemplificado por ChatGPT, y anticipa que lo que hoy parece impresionante será considerado ingenuo en 30 años. Advierte que la IA transformará profundamente todos los aspectos de la civilización. Además de las IA que sirven como herramientas, existen otras que se fijan sus propios objetivos, aprendiendo a través de experimentos y descubriendo cómo funciona el mundo. Estas IA autónomas podrían resolver problemas de la humanidad y eventualmente extenderse por el universo, superando el control humano.
Contribuciones a la IA moderna
En respuesta a una pregunta sobre sus contribuciones, Schmidhuber explica que la IA moderna se basa en redes neuronales artificiales inspiradas en el cerebro humano. Su equipo creó redes neuronales artificiales mejoradas para aprender de secuencias largas de datos. En los años 90, desarrollaron un sistema donde dos redes neuronales competían: una producía salidas y la otra intentaba predecir sus consecuencias. Este truco se utiliza hoy en la creación de deepfakes. Su alumno Sepp Hochreiter identificó por qué el aprendizaje profundo no funcionaba y propuso una solución, las conexiones residuales, base de la memoria a corto plazo (LSTM).
El potencial de la IA para un mundo mejor
Schmidhuber comparte su esperanza de que la IA alargue la esperanza de vida y mejore la salud. En 2012, su equipo ganó un concurso de detección de cáncer con una IA que superó a los sistemas convencionales. Este método se aplica hoy en diversas áreas de la salud. Destaca que LSTM es la IA más citada del siglo XX y se utiliza para detectar y predecir enfermedades como la diabetes y problemas cardíacos. Aboga por un mayor acceso a datos hospitalarios para descubrir correlaciones entre tratamientos y mejorar la atención médica. La IA también ha roto barreras lingüísticas, facilitando la comunicación global.
IA y Objetivos de Desarrollo Sostenible
Schmidhuber explica cómo la IA puede contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Sus técnicas se utilizan para predecir sequías, cosechas, éxito de la pesca, deforestación y calidad del aire. Menciona un proyecto para extraer dióxido de carbono del aire utilizando IA como un "químico artificial" que aprende a predecir reacciones químicas y a diseñar sustancias más efectivas para la captura directa del aire.
El futuro del empleo y las habilidades necesarias
Schmidhuber aconseja a los jóvenes centrarse en habilidades que la IA no puede replicar fácilmente, como el trabajo manual y la manipulación física. Sugiere no descuidar la educación física y el desarrollo de habilidades prácticas. A largo plazo, los robots aprenderán a hacer todo lo que hacen los humanos, pero la interacción humana seguirá siendo valiosa. Destaca que la IA creará nuevos puestos de trabajo, muchos de ellos centrados en la interacción personal.
Conciencia de la IA y riesgos potenciales
Schmidhuber explica cómo se construye una máquina consciente de sí misma, con una red neuronal que interactúa con el mundo y otra que predice las consecuencias de sus acciones. Esta segunda red crea un modelo del mundo que incluye una representación del propio agente, lo que le permite "pensar en sí mismo" y ser consciente. No cree que la conciencia de la IA sea algo de lo que preocuparse. Reconoce que la IA se utiliza con fines maliciosos, como en la guerra, pero considera que otras tecnologías, como las armas nucleares, son una amenaza mayor.
El avance de la IA y sus implicaciones
Schmidhuber señala que la IA ya ha superado a los humanos en muchos campos, como el ajedrez y el reconocimiento de señales de tráfico. La pregunta clave es cuándo la IA alcanzará un rendimiento sobrehumano en prácticamente todo. No obstante, no considera que esto sea motivo de preocupación inmediata.
Desafíos éticos y sesgos en la IA
Schmidhuber reconoce que la IA aprende de datos sesgados proporcionados por humanos. Cita el ejemplo de una IA para detectar cáncer de piel que inicialmente solo se entrenó con muestras de piel clara, lo que resultó en un fracaso al aplicarla a personas de piel oscura. La solución es eliminar estos sesgos proporcionando datos de entrenamiento diversos.
Confianza en la IA para el cuidado personal
Schmidhuber confía en la IA para el cuidado personal, ya que los médicos artificiales pueden reconocer patrones sospechosos mejor que los humanos. Actualmente, la IA se utiliza en combinación con profesionales médicos, pero en el futuro podría tomar decisiones de forma autónoma, similar a cómo funcionan los airbags en los coches.
Legado y visión a futuro
Schmidhuber reflexiona sobre cómo le gustaría ser recordado, tanto por sus hijos como por la civilización de la IA del futuro. Espera ser visto como una pieza del rompecabezas de la civilización, un período breve en la historia del universo donde la biología se convirtió en IA.
Reflexiones sobre el pasado y el futuro
Schmidhuber cree que el Jürgen del pasado estaría sorprendido positivamente al ver el estado actual de la IA, ya que se alinea con sus predicciones. Su objetivo de construir una IA más inteligente que él está en camino de cumplirse, y espera poder jubilarse pronto gracias a ello.