Breve Resumen
El video resume los eventos clave de la Segunda República Española, desde su proclamación en 1931 hasta el inicio de la Guerra Civil en 1936. Se destacan los siguientes puntos:
- La caída de la monarquía y el establecimiento de la República.
- Las reformas iniciales del gobierno provisional en educación, ejército y relaciones con la Iglesia.
- La aprobación de la Constitución de 1931 y sus principales características.
- Las tensiones sociales y políticas, incluyendo la radicalización de la izquierda y la derecha.
- El golpe de Estado de 1936 y el inicio de la Guerra Civil.
La Caída de la Monarquía y la Proclamación de la República
Tras la dictadura de Primo de Rivera, el general Berenguer intenta una transición lenta hacia la normalidad constitucional, pero pierde credibilidad pública. En agosto de 1930, las fuerzas antimonárquicas se unen en el Pacto de San Sebastián para derrocar la monarquía. En febrero de 1931, el almirante Aznar convoca elecciones municipales para el 12 de abril. Los resultados electorales sorprenden a todos, con un triunfo republicano en las ciudades, lo que lleva a la caída de la monarquía y al exilio del rey Alfonso XIII. El 14 de abril de 1931, se proclama la Segunda República Española con Niceto Alcalá Zamora como presidente provisional.
Las Primeras Reformas del Gobierno Provisional
El gobierno provisional de la República se propone modernizar el Estado, haciéndolo más laico y democrático. Una de las prioridades es la educación primaria, aumentando el presupuesto en un 50% para abrir 5000 nuevas escuelas cada año, con el objetivo de reducir el analfabetismo, que afecta al 44% de la población. Otra reforma importante es la del ejército, liderada por Manuel Azaña, buscando modernizarlo y renovar políticamente los mandos militares. Un mes después de la proclamación, incidentes anticlericales en Madrid, con saqueos e incendios de edificios religiosos, tensan las relaciones entre la Iglesia Católica y la República.
La Constitución de 1931 y sus Consecuencias
En junio de 1931 se convocan elecciones a Cortes Constituyentes, con victoria de la coalición republicano-socialista. En diciembre de 1931, se aprueba la Constitución de la República, estableciendo una democracia parlamentaria, el modelo autonómico, la separación de Iglesia y Estado, el derecho al voto femenino y el reconocimiento de derechos sociales para los trabajadores. Niceto Alcalá Zamora es proclamado presidente de la República y Manuel Azaña, presidente del gobierno. La separación entre Iglesia y Estado tensa aún más las relaciones, eliminando privilegios de la Iglesia, permitiendo el matrimonio civil y el divorcio, y prohibiendo a las órdenes religiosas dedicarse a la enseñanza.
Tensiones Sociales y Políticas
Los socialistas entran por primera vez en el gobierno, con Largo Caballero como ministro de Trabajo, implementando medidas para favorecer a los trabajadores, como la subida de sueldos, la jornada laboral de 8 horas y la seguridad social. Sin embargo, la CNT declara la guerra a la República, con los anarquistas liderados por la FAI promoviendo la insurrección violenta. En agosto de 1932, el general Sanjurjo lidera un intento de golpe militar en Sevilla, que es neutralizado por el gobierno. Azaña aprovecha el éxito para impulsar el Estatuto Catalán y la reforma agraria, buscando convertir a los jornaleros sin tierra en propietarios.
Radicalización y el Bienio Negro
La lentitud en la aplicación de la reforma agraria provoca ocupaciones de fincas y levantamientos anarquistas. En enero de 1933, la FAI llama a la insurrección general, resultando en la tragedia de Casas Viejas, que debilita al gobierno de Azaña. En noviembre de 1933, se convocan nuevas elecciones, en las que votan las mujeres por primera vez. La derecha, unida en la CEDA, triunfa, y Alejandro Lerroux forma un gobierno centrista con apoyo parlamentario de la CEDA, revirtiendo muchas de las reformas de Azaña. Los socialistas se radicalizan, preparando una huelga general revolucionaria si la CEDA entra en el gobierno.
La Revolución de 1934 y sus Consecuencias
En octubre de 1934, estalla la insurrección obrera en Asturias, tras el anuncio de la entrada de tres ministros de la CEDA en el gobierno. Los revolucionarios toman la Cuenca minera y Oviedo. En Barcelona, Lluís Companys proclama el Estado Catalán dentro de la República Federal Española, pero la insurrección es aplastada por el ejército. El gobierno republicano declara el estado de guerra y encarga al general Franco la dirección de las operaciones contra los sublevados en Asturias. La revolución es sofocada, dejando un balance trágico de mil muertos y más de 2000 heridos entre los sublevados, y 300 muertos y 800 heridos entre las fuerzas del orden.
El Frente Popular y el Camino Hacia la Guerra Civil
Tras la represión de la revolución de Asturias, se convocan elecciones para febrero de 1936, con una alta participación, incluyendo a los anarquistas. El Frente Popular gana las elecciones, y Manuel Azaña vuelve a hacerse cargo del gobierno, aprobando una amnistía para los presos políticos y restableciendo la Generalitat de Cataluña. Para evitar un golpe de Estado, Azaña traslada forzosamente a los generales Franco, Goded y Mola a Canarias, Baleares y Pamplona, respectivamente. Sin embargo, Mola ya ha puesto en marcha la conspiración militar.
El Estallido de la Guerra Civil
La radicalización política es cada vez más clara, con un aumento de la violencia y el crecimiento de la Falange Española. El 17 de julio de 1936, estalla la rebelión militar en Melilla, y el 18 de julio, el general Franco se subleva en Canarias. Franco se traslada a Tetuán para ponerse al mando de las tropas de Marruecos. En la Península, Sevilla es la primera ciudad en caer en manos de los sublevados. Los sindicatos obreros exigen al gobierno el reparto de armas, y en Barcelona y Madrid, los obreros consiguen reducir a los golpistas. El avión que iba a traer a Sanjurjo desde Lisboa se estrella, y los golpistas pierden a su jefe.
El Inicio de la Guerra y la División de España
Tras los primeros días, los sublevados controlan solo la tercera parte del país. Los generales Mola y Franco comprenden que solo por medio de una larga guerra de conquista podrán alcanzar la victoria. La guerra civil ha comenzado, dividiendo España entre dos extremismos políticos. En la zona republicana, el gobierno pierde autoridad y el poder pasa a manos de las organizaciones obreras. En la zona rebelde, los generales constituyen una junta de defensa que ASUME todos los poderes, eligiendo a Franco jefe supremo del ejército y del gobierno.
El Terror y la Ayuda Exterior
Durante los primeros meses de la guerra, el terror se impone en ambos bandos, con asesinatos masivos. En la zona republicana, los comités revolucionarios inician una represión contra sus enemigos políticos, especialmente dura con la Iglesia. En la zona sublevada, el terror es controlado por las autoridades militares, con juicios sumarios y fusilamientos. El poeta Federico García Lorca es una de sus víctimas. Hitler y Mussolini son los grandes proveedores de material de guerra a los sublevados, mientras que la República sufre problemas para adquirir armamento debido a la política de no intervención de Francia e Inglaterra.
El Desarrollo de la Guerra y el Final
Stalin decide ayudar a los republicanos, y la Internacional Comunista envía a las Brigadas Internacionales. La guerra civil se convierte en una guerra de desgaste que dura tres largos años. Franco busca aniquilar a la República y a sus seguidores. El 27 de marzo de 1939, la República abandona definitivamente el campo de batalla. El 1 de abril de 1939, Franco anuncia el fin de la guerra. El dolor y el odio se han extendido por el país, y la herida de la guerra permanecerá abierta durante varias generaciones.