Breve Resumen
El video explora la distinción entre Jehová y el Dios Altísimo, argumentando que Jehová es un dios usurpador que se hace pasar por el creador, mientras que el Dios Altísimo, al que Jesús se refería, es el verdadero creador. Se examinan pasajes del Génesis para contrastar la creación del hombre por el Dios Altísimo, dotado de libre albedrío y dominio sobre la tierra, con la formación del hombre por Jehová, limitado y sin voluntad propia. Se acusa a Jehová de ser un dios de la destrucción y la muerte, en contraste con Jesús, quien ofrece vida y abundancia. El video insta a los espectadores a discernir a quién adoran, a Jehová o a Jesucristo, enfatizando que Jesucristo es la verdad y el camino a la salvación.
- Jehová es presentado como un usurpador y un dios formador, no creador.
- Se contrastan las acciones y características de Jehová con las de Jesucristo y el Dios Altísimo.
- Se anima a los espectadores a elegir entre adorar a Jehová o a Jesucristo, basándose en la verdad revelada.
Introducción: La Verdad os Hará Libres [0:00]
El programa busca revelar la verdad sobre Jehová, argumentando que este se presenta falsamente como el Dios Altísimo. Se afirma que Jehová es un dios usurpador que manipula a la humanidad, mientras que el título del Dios Altísimo, al que Jesús se refería, ha sido indebidamente atribuido a Jehová. Se invita a los espectadores a abrir los ojos y oídos para discernir la verdad y liberarse del engaño.
Jehová: El Dios de Israel, No del Mundo [1:24]
Se destaca que Jehová es el dios de los hebreos y se dirige específicamente al pueblo de Israel en Deuteronomio 6:4. Se argumenta que, dado que no somos judíos ni pertenecemos a Israel, no deberíamos considerar a Jehová como nuestro dios. Se plantea la necesidad de elegir entre adorar a Jesucristo o a Jehová, señalando que Emmanuel (Dios con nosotros) se refiere a Jesucristo, no a Jehová.
Génesis 1: La Creación del Hombre a Imagen de Dios [3:18]
Se analiza Génesis 1:27, donde se describe la creación del hombre y la mujer a imagen de Dios, dotándolos de libertad y poder. Se enfatiza que ambos fueron creados simultáneamente y tienen el mismo poder, sin que uno gobierne al otro. Además, se examina el verso 28, que otorga a ambos el poder de gobernar sobre la creación, haciéndolos dueños y administradores de toda la tierra, a diferencia de las limitaciones impuestas por Jehová. El análisis del verso 29 revela que el Dios Altísimo no impuso limitaciones en cuanto a la alimentación, permitiendo el consumo de toda planta y árbol con semilla en toda la tierra.
Génesis 2: La Formación del Hombre por Jehová [7:09]
Se contrasta Génesis 1 con Génesis 2, donde aparece el nombre Jehová Dios. Se argumenta que Jehová es el usurpador de Dios, ya que en el primer capítulo se menciona al Altísimo sin nombre. Se destaca que Jehová forma al hombre del polvo (Génesis 2:7), no lo crea, y lo coloca en el huerto del Edén (Génesis 2:8), lo que implica una falta de voluntad propia y un poder limitado en una porción de tierra elegida por Jehová. Esto difiere significativamente de la creación del hombre en Génesis 1:27, lo que sugiere que Jehová fue formado en la mente de los hombres.
Jehová: Ladrón, Asesino y Destructor [9:33]
Se acusa a Jehová de ser un ladrón, asesino y destructor, citando varios pasajes bíblicos. Se menciona Génesis 14:24 como un ejemplo de robo, 1 Samuel 15:3 como un ejemplo de asesinato (donde se ordena destruir todo, incluyendo hombres, mujeres, niños y animales), e Isaías 13:5 como un ejemplo de destrucción. Se argumenta que Jehová ama ver a sus seguidores destruidos y arruinados, y que el Antiguo Testamento habla más de Satanás que del Dios Altísimo.
La Verdad os Hará Libres: Jesucristo es la Verdad [13:06]
Se enfatiza que el juicio contra el príncipe de este mundo (Satanás) ya ha sido dictado. Se recuerda que Jesús nunca condenó a nadie y que, según Gálatas 3:13, Cristo nos redimió de la maldición de la ley. Se argumenta que Jehová es Satanás, basándose en su necesidad de robar, matar y destruir. Se insta a los espectadores a escudriñar las Escrituras y a no dejarse llevar por las opiniones de los predicadores. Se concluye que conocer la verdad es conocer a Jesucristo, quien murió en la cruz para ofrecer salvación y vida eterna. Se anima a invocar el nombre de Jesús para ser salvo, recordando que la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.