Breve Resumen
Este video aborda cómo los padres deben reaccionar al descubrir que sus hijos adolescentes están consumiendo drogas. En lugar de reaccionar con rabia o angustia, se aconseja esperar un momento adecuado para hablar y crear un ambiente de diálogo sin juicios. Es crucial entender la magnitud del problema, las razones detrás del consumo, y corregir falsas creencias sobre las drogas. Se recomienda evitar reproches, escuchar a los hijos, y buscar alternativas saludables. Además, es importante establecer consecuencias coherentes y buscar soluciones conjuntas. Si existen problemas de comunicación familiar o el consumo es frecuente, se sugiere buscar ayuda profesional. Finalmente, se destaca la importancia de mostrar afecto incondicional y fortalecer el sentido de pertenencia familiar.
- Esperar un momento adecuado para hablar y crear un ambiente de diálogo sin juicios.
- Entender la magnitud del problema, las razones detrás del consumo, y corregir falsas creencias sobre las drogas.
- Evitar reproches, escuchar a los hijos, y buscar alternativas saludables.
- Establecer consecuencias coherentes y buscar soluciones conjuntas.
- Buscar ayuda profesional si existen problemas de comunicación familiar o el consumo es frecuente.
- Mostrar afecto incondicional y fortalecer el sentido de pertenencia familiar.
Reacción Inicial y Creación de un Diálogo
Ante el descubrimiento del consumo de drogas por parte de un hijo, la reacción inicial de los padres suele ser de rabia o angustia. Sin embargo, es preferible no dejarse llevar por la urgencia y esperar el momento más adecuado para hablar. El objetivo es crear un clima de diálogo donde no existan ni víctimas ni culpables, sino una actitud comprensiva y de apoyo. Es fundamental hablar con el hijo para entender la magnitud real del problema.
Entendiendo el Consumo y Corrigiendo Falsas Creencias
Es crucial valorar la importancia del consumo, determinar si es experimental o habitual, e identificar las razones que llevaron al hijo a consumir, ya sea por curiosidad, presión de grupo, relajación o evasión. También es importante comprobar si el adolescente conoce los riesgos a corto y largo plazo del consumo y corregir cualquier falsa creencia sobre los supuestos beneficios de la sustancia, proporcionando información clara y real.
Estrategias de Comunicación y Búsqueda de Alternativas
Para que las conversaciones preventivas sean eficaces, se recomienda evitar actitudes de reproche. En cambio, es mejor preguntar, escuchar y mostrar interés por las razones que el hijo manifiesta para consumir. Luego, se deben buscar conjuntamente conductas alternativas y habilidades personales que permitan al adolescente conseguir los mismos objetivos, como diversión, facilidad para relacionarse o integración en el grupo.
Establecimiento de Consecuencias y Búsqueda de Soluciones
Es importante no alarmarse injustificadamente, ya que una mala experiencia puede convertirse en positiva si se extraen conclusiones adecuadas. Sin embargo, se debe expresar desaprobación ante las conductas de riesgo con firmeza y sin dramatismo, estableciendo consecuencias coherentes con las normas familiares, como la retirada de privilegios. Conviene buscar soluciones conjuntas, alcanzando acuerdos que dificulten el mantenimiento del consumo, con el objetivo de que aprendan a tomar decisiones propias y saludables.
Búsqueda de Ayuda Profesional y Fortalecimiento Familiar
Si existen problemas de afectividad, comunicación o gestión de conflictos en la familia, o si se presentan dificultades para hacer cumplir las normas, es recomendable acudir a un profesional que ayude a establecer las bases del diálogo entre padres e hijos. Lo mismo ocurre si se detecta un consumo más frecuente o si los padres se sienten desbordados. Es fundamental mostrar afecto incondicional, dedicar más tiempo y atención al hijo, y programar actividades conjuntas que fomenten el sentimiento de pertenencia a la familia.